Comunitarios de diversas provincias se han quejado por los constantes apagones en el país.Durante el 2024, la República Dominicana registró pérdidas de energía eléctrica equivalentes al 42.2%, el nivel más alto desde el 2010, según datos presentados por el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES). Este porcentaje refleja la diferencia entre la energía generada, suministrada y la que finalmente se factura.
Desde enero a diciembre de 2024, las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDEs), que incluyen a Edenorte, Edesur y Edeeste, acumularon estas pérdidas, lo que representa un aumento significativo respecto a años anteriores. En comparación, en 2023 las pérdidas alcanzaron un 40.7%.
CREES explicó que esta cifra se obtiene sumando la energía perdida con la energía no cobrada. En 2024, además del 37.6% de pérdidas energéticas, las EDE no lograron cobrar el 4.6% de la energía facturada, elevando el total de pérdidas al 42.2%.
El informe también señala que el subsidio a las EDEs en 2024 ascendió a US$1,769 millones, superando el presupuesto inicial de RD$86,844.8 millones y cerrando el año con un gasto de RD$105,376.5 millones, conforme a la tasa promedio del dólar del Banco Central de la República Dominicana.
Histórico de pérdidas energéticas
Los registros indican que el país no había experimentado un porcentaje tan alto de pérdidas desde el 2010 y 2011, cuando estas alcanzaron un 48.8%. Entre 2012 y 2019, las pérdidas oscilaron entre un 37.2% y un 30.6%, con una disminución progresiva. Sin embargo, en 2020, las pérdidas aumentaron nuevamente a 37.6%, marcando una tendencia ascendente que ha continuado hasta la fecha.
Desde el inicio del gobierno de Luis Abinader en 2020, las cifras han sido las siguientes: 37.6% en 2020, 36.9% en 2021, 38.9% en 2022 y 40.7% en 2023. CREES advierte que sin reformas estructurales, estas pérdidas seguirán representando un gasto millonario para el país, afectando el desarrollo económico y la calidad de vida de los ciudadanos.
Quejas por apagones
Mientras tanto, comunitarios de diversas provincias han manifestado su descontento por los constantes apagones que afectan sus actividades diarias. Las interrupciones en el servicio eléctrico han sido atribuidas en parte a estas pérdidas y al deficiente cobro de la energía facturada.
Expertos del sector eléctrico insisten en la necesidad de una reforma estructural que corrija estas distorsiones, permitiendo una mayor eficiencia en la generación, distribución y facturación de la energía en el país.
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