Según fuentes vaticanas, el pontífice ha tenido una "noche tranquila" y sigue recibiendo atención médica especializada, que incluye terapia farmacológica y oxígeno de alto flujo. Durante el día, utiliza cánulas nasales para recibir oxígeno y, por la tarde, se le aplica ventilación con máscara. Además, Francisco está recibiendo fisioterapia respiratoria y motora, que es parte de su tratamiento en curso. Aunque su estado sigue siendo delicado, se ha levantado el pronóstico reservado, lo que indica que no está en peligro inmediato debido a la infección respiratoria.
A lo largo de estos días, el Papa ha seguido con normalidad los ejercicios espirituales de la Curia Romana para la Cuaresma, que se celebran diariamente en el aula Pablo VI del Vaticano, los cuales sigue de manera remota desde la televisión de su habitación en el hospital. Su equipo médico ha informado que, aunque no tiene previstas visitas, se mantiene en contacto con las personas cercanas a él y su estado de ánimo es bueno.
El Vaticano, a través de sus fuentes, ha aclarado que no se ha establecido una fecha exacta para su alta, ya que los médicos han considerado que es prematuro hacer una evaluación sobre cuándo podría abandonar el hospital. En cuanto a la necesidad de continuar el tratamiento en un ambiente hospitalario, los médicos han señalado que esta decisión se mantendrá hasta que su salud lo permita.
A pesar de los retos de su estado de salud, se confirma que el Papa sigue con su rutina espiritual y mantiene una disposición positiva, lo que refleja una ligera mejora en su condición. Se espera que hoy se emita un nuevo parte médico que proporcione más detalles sobre su estado clínico y el progreso del tratamiento.
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