HERMANOS:
Palabra de Dios
Salmo
Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,22-30):
Palabra del Señor.
MENSAJES.
MENSAJE ESPIRITUAL DE LA PRIMERA LECTURA:
En la carta a los Hebreos, se nos recuerda que Cristo es el mediador de una alianza que trasciende el tiempo y las limitaciones humanas. Su sacrificio no es repetitivo como los rituales del antiguo sacerdocio; su entrega fue única y suficiente para redimir los pecados de toda la humanidad. Cristo se presentó ante Dios no con sangre ajena, sino con su propia sangre, abriendo así el camino hacia la herencia eterna para quienes lo esperan con fe.
Este mensaje nos invita a reflexionar sobre el poder transformador del sacrificio de Cristo, que no solo nos redime sino que también nos asegura la vida eterna.
MENSAJE ESPIRITUAL DEL SALMO:
El salmista proclama un canto nuevo al Señor, destacando sus grandes maravillas y su fidelidad. Este himno nos llama a contemplar la salvación que Dios ha revelado a todas las naciones, recordando su amor y misericordia hacia su pueblo. La alabanza se convierte en una respuesta natural ante la grandeza de Dios.
Nuestra tarea es vivir agradecidos, reconociendo las maravillas del Señor en nuestra vida cotidiana y compartiendo su bondad con los demás.
MENSAJE ESPIRITUAL DEL EVANGELIO:
Jesús enfrenta la acusación de estar poseído por un espíritu inmundo y responde con sabiduría, subrayando la importancia de la unidad. Un reino dividido no puede subsistir, así como una familia dividida está destinada al fracaso. Jesús advierte sobre el peligro de atribuir al Espíritu Santo obras que provienen de Dios, ya que esto representa una negación absoluta de la verdad divina.
Esta enseñanza nos invita a reflexionar sobre nuestras actitudes hacia los demás y hacia el Espíritu Santo. Estamos llamados a construir unidad, vivir en la verdad y reconocer las obras de Dios en nuestra vida.
REFLEXION FINAL:
Cristo nos ha ofrecido una salvación única y perfecta, y nosotros, como sus discípulos, estamos llamados a vivir en comunión con Dios y con nuestros hermanos. Este compromiso implica alabar al Señor por sus maravillas, vivir con gratitud y mantenernos en la unidad que proviene del Espíritu Santo.
En un mundo muchas veces dividido, recordar que el amor y el sacrificio de Cristo nos une y nos fortalece es clave para avanzar con esperanza hacia la promesa de la vida eterna.
"Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas."
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