A menos de 15 días de dejar la presidencia, Joe Biden anunció este lunes la prohibición de nuevas perforaciones de petróleo y gas en una inmensa extensión de aguas costeras estadounidenses. La medida abarca la costa del Atlántico, el este del Golfo de México, las costas del Pacífico frente a California, Oregón y Washington, así como una porción del Mar de Bering frente a Alaska, protegiendo más de 253 millones de hectáreas (670 millones de acres) de aguas.
Un legado climático
La decisión se enmarca en la Ley de Tierras de la Plataforma Continental Exterior de 1953, que otorga al gobierno federal autoridad sobre los recursos marítimos. Biden justificó la medida al señalar que los riesgos ambientales, de salud pública y económicos de nuevas perforaciones superan cualquier beneficio potencial.
"Es el momento de proteger estas costas para nuestros hijos y nietos, especialmente en medio de la crisis climática que amenaza a nuestras comunidades", afirmó el mandatario.
Además, la Casa Blanca destacó que esta decisión refuerza el legado de conservación de Biden, quien ha protegido más tierras, aguas y océanos que cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos.
Reacciones divididas
Organizaciones ambientales celebraron la medida como un hito en la lucha contra el cambio climático. "¡Es una victoria oceánica épica!", expresó Joseph Gordon, director de clima y energía de Oceana.
Sin embargo, la prohibición ha generado críticas desde sectores conservadores. Donald Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia en las próximas semanas, calificó la decisión como "ridícula" y prometió revocarla inmediatamente.
"La gente me dio un mandato para aumentar la perforación y bajar los precios del gas", dijo el republicano en una entrevista radial. Su futura secretaria de prensa, Karoline Leavitt, tildó la medida de "vergonzosa" y como un acto de "venganza política".
Una medida difícil de revertir
Aunque Trump ha manifestado su intención de anular la prohibición, la Ley de Tierras de 1953 no contempla que un presidente pueda revocar unilateralmente una medida como esta sin la aprobación del Congreso, lo que podría complicar sus planes.
Perspectiva a futuro
La administración Biden, en sus últimos días, continúa priorizando políticas climáticas con el objetivo de acelerar la transición hacia energías limpias. No obstante, el regreso de Trump promete un cambio de rumbo hacia una mayor explotación de combustibles fósiles, subrayando las profundas divisiones en la política ambiental de Estados Unidos.
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