Imagen de embarazadas en un centro de salud.Los centros de salud en la República Dominicana se han convertido en un refugio crucial para los haitianos, quienes buscan atención médica sin el temor a ser deportados por las autoridades migratorias, que han intensificado las redadas desde que el Gobierno anunció su plan de expulsar a 10.000 inmigrantes indocumentados semanalmente.
Yolanda, una mujer haitiana de 22 años, se encuentra en un hospital cercano a la frontera con Haití, donde realiza su chequeo de embarazo. "Se escucha bien", la tranquiliza la doctora mientras le realiza la ecografía. A pesar de las difíciles circunstancias, Yolanda sonríe, un rayo de esperanza en medio de su situación. "Yo nací aquí, pero yo soy haitiana", comenta, recordando su primer embarazo cuando tenía 18 años, en el mismo hospital.
La doctora que la atiende que los hospitales públicos del país, que permiten el acceso a pacientes sin seguro, están sobrecargados debido a la gran cantidad de extranjeros, especialmente en las zonas fronterizas. "El 90% de los pacientes que atienden aquí son extranjeros", explica. Muchas de estas mujeres llegan en condiciones de salud precarias, sin chequeos previos y con alimentación deficiente, lo que hace que las patologías que presentan sean graves. A pesar de esto, la atención médica oportuna ha contribuido a reducir significativamente las muertes maternas.
El centro de salud en la frontera es uno de los lugares donde las deportaciones se hacen más evidentes. Cada día, las autoridades migratorias dominicanas capturan a haitianos, a menudo en las puertas de estos hospitales. Sin embargo, el médico personal asegura que nunca rechazarán a un paciente por su situación migratoria. "Aquí se atiende a todo el mundo por igual", asegura la directora de un hospital fronterizo.
Mientras tanto, las autoridades dominicanas continúan con su plan de deportación masiva, que ha afectado principalmente a haitianos. Desde el 1 de octubre hasta el 9 de diciembre, la República Dominicana ha deportado a 76.000 personas, la mayoría de las cuales son haitianas. Sin embargo, organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado que estas deportaciones se realizan en medio de una crisis humanitaria en Haití, marcada por la pobreza y la violencia de las bandas armadas.
Las mujeres haitianas, que temen ser deportadas, a menudo optan por dar a luz en sus casas, pero muchos hospitales aseguran que siguen recibiendo y atendiendo a los pacientes sin discriminación. "Nunca se les niega el ingreso a nadie, y siempre buscamos que reciban la atención adecuada", afirma una enfermera con 29 años de experiencia.
La situación en la frontera refleja la complicada realidad de los haitianos en República Dominicana, quienes, a pesar de los desafíos migratorios y la precariedad de su situación, encuentran en los hospitales una oportunidad para recibir atención médica y aliviar la presión sobre los servicios de salud. del país.
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