El enfoque de la industria del cine está puesto en la reforma que plantea el gobierno y que afectaría el sector.La industria cinematográfica en la República Dominicana se encuentra en una situación alarmante ante la propuesta del gobierno de derogar la Ley 108-10, conocida como la Ley de Cine. Esta legislación ha sido clave para el crecimiento y desarrollo del cine nacional, y su eliminación podría llevar al colapso del sector, generando una incertidumbre que muchos califican de "pesadilla".
Francis Disla, un reconocido cineasta dominicano, expresó su preocupación de manera contundente: “No hay futuro para el cine, no habría cine” si se materializa esta derogación. Este sentimiento se ha reflejado en la creciente campaña en redes sociales, donde diversos profesionales del cine han levantado su voz en defensa de la ley y han denunciado las implicaciones negativas de la reforma fiscal propuesta.
La actriz y productora Nashal Bogaert compartió un emotivo video en el que diversos miembros de la industria relatan cómo el cine ha transformado sus vidas y brindado oportunidades laborales. Esta iniciativa busca visibilizar el impacto positivo que el cine ha tenido en la sociedad dominicana y enfatiza la necesidad de mantener los incentivos que han permitido su desarrollo.
Sin embargo, el ministro de Hacienda, Jochi Vicente, anunció que el gobierno planea eliminar los beneficios fiscales para el cine, así como para las zonas francas y el turismo, argumentando la necesidad de modernización fiscal. Vicente asegura que esto no implica el abandono del sector, destacando el relanzamiento del Fondo de Promoción Cinematográfica (FONPROCINE), con un enfoque en un programa de apoyo más efectivo y de menor costo para los contribuyentes.
La Asociación Dominicana de Profesionales del Cine (Adocine) ha emitido un comunicado en el que rechaza rotundamente la propuesta de derogación de la Ley 108-10. Hans García, presidente de Adocine, advirtió que esta medida podría resultar en la pérdida de 25,000 empleos y la quiebra de 375 empresas del sector, además de generar un futuro incierto para más de 1,200 estudiantes que actualmente cursan estudios de cine en el país.
La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la República Dominicana (ACCINE RD) también ha manifestado su desacuerdo con la reforma, calificándola de inconsulta e indignante. Su presidente, Luis Arambilet, argumentó que desmantelar la Ley 108-10 tendría consecuencias devastadoras para la inversión extranjera y la coproducción nacional, elementos clave para el crecimiento económico y la generación de empleo.
En el ámbito político, la diputada Selinée Méndez se opuso categóricamente a la eliminación de los incentivos a la Ley de Cine, lamentando que se promueva la derogación de una ley que ha impulsado el cine dominicano. Se espera que el diálogo entre el gobierno y los actores de la industria conduzca a una solución que permita preservar el crecimiento del cine en el país.
El crítico de cine Pachico Tejada reflexionó sobre el futuro de la industria y la importancia de los incentivos para el establecimiento de productoras locales. Tejada destacó que la Ley de Cine ha permitido a los productores no depender únicamente del éxito en taquilla, lo que ha facilitado la creación de un cine de calidad en el país.
Por su parte, el cineasta Raúl Camilo advirtió que sin los incentivos de la ley, la industria cinematográfica podría desaparecer, junto con miles de empleos. Camilo abogó por un acercamiento con los sectores de la industria para reformular la ley en lugar de eliminarla por completo.
La incertidumbre que rodea a la industria del cine en la República Dominicana continúa creciendo, y la comunidad cinematográfica está atenta a los próximos movimientos del gobierno, esperando que se priorice el diálogo y el desarrollo del sector.
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