Después de semanas de debates y una marcada resistencia de varios sectores de la sociedad dominicana, Abinader reconoció que la falta de consenso social obligó a su gobierno a reconsiderar la medida. Subrayó que la propuesta no fue improvisada, sino el resultado de un "profundo sentido de responsabilidad" hacia el futuro económico.
"Escuchar es un signo de fortaleza. Y yo soy un presidente que escucha", expresó Abinader, dejando claro que su decisión no representa debilidad, sino sensibilidad ante el sentimiento popular. Durante su discurso, destacó la importancia de la reforma, argumentando que su administración había decidido enfrentar desafíos que otros gobiernos eludieron para preservar su
La propuesta buscaba reducir la dependencia del endeudamiento externo, fortalecer la recaudación fiscal y optimizar el gasto público, a través de una ley de responsabilidad fiscal, la eliminación de instituciones innecesarias y una mejora en la eficiencia del gasto estatal. Sin embargo, la creciente insatisfacción ciudadana llevó al mandatario a reconsiderar
El presidente también anunció que su gobierno ajustará sus planes de desarrollo, buscando alternativas para cumplir con los objetivos de mejora económica y social planteados en la propuesta de modernización.