Los fuertes vientos del huracán Beryl han causado daños significativos en la región Enriquillo, derribando techos y árboles, y obligando a evacuar familias como medida preventiva.
El director regional de la Defensa Civil (DC), Carlos Confidente, informó que al menos tres familias fueron evacuadas de sus casas en el distrito municipal Fondo Negro y trasladadas al centro comunal de la localidad. Hasta el momento, no hay personas en refugios en el casco urbano de Barahona.
Los vientos también derribaron árboles en diversos sectores de la provincia, sin causar mayores inconvenientes. Confidente señaló que, aunque la comunidad se encuentra en calma, están preparados para responder a cualquier emergencia que pueda surgir.
A pesar de que el huracán Beryl descendió a categoría 4, sigue siendo un fenómeno de gran intensidad y peligrosidad. Las condiciones climáticas adversas comenzaron cerca del mediodía de ayer y se intensificaron nuevamente a las 5:00 de la tarde y durante la noche.
No hay heridos
La directora médica del Hospital Regional Docente Universitario Jaime Mota (HRDUJM), María Elena Batista Rivas, informó que hasta las seis de la tarde no habían llegado personas heridas o lesionadas por los efectos del huracán. Tampoco se reportaron heridos en las comunidades adyacentes, y la situación en esas localidades era de absoluta calma.
En la Bahía de Neyba y el litoral costero-marino de la zona sur, el mar Caribe mostraba fuertes olas, y agentes del orden impedían que las personas se acercaran al área. La provincia tiene identificados unos 90 albergues y se habilitaron cuatro más, totalizando 94 espacios para posibles evacuaciones.
Pedernales
En Pedernales, los vientos del huracán Beryl derribaron el techo del banco de transformadores de Banreservas y afectaron varias viviendas en el sector La Cuarenta. El techo de zinc y madera que protege los transformadores del banco fue desplomado por los vientos, causando interrupciones en el suministro eléctrico.
Miembros de la Defensa Civil y técnicos de la empresa distribuidora de energía eléctrica trabajaron para corregir los daños causados por la caída del techo de los transformadores. Aunque los vientos disminuyeron al anochecer, las olas seguían alcanzando entre tres y cuatro pies de altura, atrayendo a curiosos al malecón para observar un velero anclado en las aguas marinas.
Defensa Civil, militares y la policía local recorrieron la zona para prevenir cualquier situación que se pudiera presentar. Aunque se habían anunciado intensas lluvias debido al huracán Beryl, las precipitaciones fueron menos abundantes de lo esperado, con lluvias repentinas y vientos esporádicos, mientras el cielo permanecía nublado.
Alfonso Alvarez