Millones de personas sufren hambre.En 2023, aproximadamente 733 millones de personas en todo el mundo sufrieron hambre, según un informe conjunto de varias agencias de la ONU. Este número representa más del 9% de la población global y destaca el impacto persistente de las guerras, crisis económicas y fenómenos climáticos extremos en la seguridad alimentaria.
Desigualdades Regionales
El informe revela que la situación varía significativamente entre regiones. África sigue siendo la región más afectada, con un 20,4% de su población enfrentando hambre. En Asia, el porcentaje es del 8,1%, mientras que en América Latina y el Caribe, la cifra es del 6,2%. En general, la inseguridad alimentaria crónica ha estado en aumento desde 2016-2017, exacerbada por la pandemia de COVID-19.
Desafíos y Recomendaciones
El documento, elaborado por la FAO, FIDA, Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y la OMS, subraya que la proporción de personas que no tienen suficientes calorías para una vida saludable ha permanecido estable desde la pandemia. Además, más de un tercio de la población mundial no tiene acceso a una dieta saludable, siendo el 72% de estos en países de bajos ingresos.
David Laborde, economista de la FAO y coautor del informe, señala que a pesar de la recuperación económica post-pandemia, persisten desigualdades y tensiones geopolíticas que complican la situación. El cambio climático también está afectando gravemente la seguridad alimentaria.
Necesidad de Reformas en la Financiación
El informe propone una reforma en la financiación para la seguridad alimentaria y nutricional. Se estima que entre 176,000 millones y 3,975 billones USD serían necesarios para erradicar el hambre para 2030. La reforma debería incluir una definición común de financiación y mejorar la coordinación entre donantes, agencias internacionales y ONG.
Laborde critica la fragmentación actual en la financiación y la falta de alineación entre las intenciones de los donantes y las necesidades locales. Recomienda el desarrollo de instrumentos financieros que integren fondos públicos y privados para incentivar la inversión en seguridad alimentaria.
Llamado a la Acción
El informe concluye con un llamado urgente a actuar, advirtiendo que el costo de la inacción supera con creces el costo de las acciones recomendadas. Destaca que la seguridad alimentaria no solo implica la distribución de alimentos en emergencias, sino también el apoyo a pequeños agricultores y la infraestructura rural, como sistemas de riego.
A medida que las crisis globales persisten, la comunidad internacional enfrenta el desafío crítico de abordar el hambre de manera efectiva y sostenible.