20/06/2024
En un rincón del Centro Olímpico, desde las primeras horas de la madrugada, se lleva a cabo una obra de amor y dedicación que ha transformado vidas durante casi 22 años. El doctor José Antonio Frómeta, un hombre de corazón sensible y profundamente apasionado por su trabajo, ha establecido un gimnasio ambulante sumergido en agua, donde practica la hidroterapia o terapia acuática.
Compromiso y Cuidado Personalizado
El doctor Frómeta, sin importar el estatus social o económico de sus pacientes, dedica su vida a aliviar el dolor y mejorar la movilidad de aquellos que buscan su ayuda. Conoce a cada paciente por sus necesidades específicas y adapta ejercicios y materiales para optimizar los resultados terapéuticos.
“En el Olímpico, si llegas con un problema cervical, trabajamos la cadera, dorsales, en fin, tenemos 10 tipos de ejercicios enfocados para todo el cuerpo,” explica con una sonrisa. Entre sus herramientas se encuentran chorros de espuma y pesas, que emplea para realizar ejercicios en el agua.
Impacto Positivo en la Salud
La hidroterapia ha demostrado ser eficaz en una variedad de condiciones, desde esguinces hasta osteoporosis avanzada. El efecto hidrostático del agua y sus propiedades beneficiosas permiten a los pacientes ganar mayor rango de movimiento articular y recuperar la funcionalidad de sus cuerpos con menos dolor y más rapidez.
Historia y Legado
La práctica de la hidroterapia tiene una rica historia que se remonta a miles de años, siendo utilizada por civilizaciones antiguas como los persas, fenicios, griegos y romanos con fines terapéuticos. Incluso Hipócrates, en el siglo V a.C., empleaba el agua para tratamientos medicinales, destacando su importancia en el cuidado de la salud a lo largo de los siglos.
Testimonios de Transformación
Entre los testimonios conmovedores se encuentra el de Nadia, una paciente de 76 años que, después de 11 años bajo el cuidado de Frómeta, ha pasado de necesitar un andador debido a una hernia lumbar, a nadar distancias significativas y disfrutar de la playa sin limitaciones.
Patricio López, otro paciente emblemático, sufrió una lesión que lo dejó cuadrapléjico, pero gracias al tratamiento de Frómeta ha logrado una notable recuperación, participando activamente en competencias internacionales como los Juegos Parapanamericanos y los Juegos Paralímpicos.
Claudina Valdez, tras sufrir una fractura en el brazo, optó por la hidroterapia en lugar de la cirugía, logrando recuperar la movilidad sin necesidad de intervención quirúrgica.
Impacto en la Comunidad
El trabajo del doctor Frómeta no solo ha mejorado la salud física de sus pacientes, sino que también ha transformado sus vidas, ofreciéndoles una nueva perspectiva de bienestar y plenitud.