
Durante la última jornada de la cumbre del G7 en la región italiana de Apulia (sur), el presidente estadounidense Joe Biden saludó con afecto al papa Francisco. En un momento significativo, Biden se acercó al pontífice, quien se desplazaba en silla de ruedas debido a problemas de movilidad, y apoyó brevemente su frente sobre la del líder religioso. Este encuentro cálido se produjo antes de una reunión privada entre ambos, donde se discutieron diversos temas, incluida la guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza, la lucha contra el cambio climático y el uso de la inteligencia artificial.
Para Biden, que es el segundo presidente católico de Estados Unidos después de John Fitzgerald Kennedy, este encuentro con el papa tiene un gran significado personal, ya que acude regularmente a misa y ha hablado sobre la importancia de su fe católica en su vida. El último encuentro entre Biden y el papa Francisco tuvo lugar en octubre de 2021 en el Vaticano, donde el presidente elogió la compasión y la defensa de los pobres del pontífice, describiéndolas como una "estrella polar" para el mundo.
Este encuentro se produce en un momento importante, ya que Biden se enfrenta a desafíos personales, como el reciente veredicto de culpabilidad contra su hijo Hunter Biden por la compra y posesión ilegal de un arma de fuego. A pesar de estos desafíos, Biden ha destacado la importancia de su fe católica, especialmente en momentos difíciles como la pérdida de seres queridos.
El papa Francisco, por su parte, ha mantenido una agenda activa en la cumbre del G7, con nueve encuentros programados con líderes mundiales, incluido el presidente ucraniano Volodomir Zelenski. Este encuentro entre Biden y el papa destaca la importancia de la diplomacia religiosa en el ámbito de las relaciones internacionales.