Noboa, en una carta publicada en sus redes sociales, reconoció que tuvo que tomar "decisiones excepcionales" para proteger la seguridad nacional, el Estado de derecho y la dignidad del pueblo ecuatoriano, rechazando cualquier tipo de impunidad para criminales, delincuentes o narcoterroristas.
El presidente ecuatoriano expresó su disposición a resolver cualquier diferencia con México, pero reafirmó que la justicia no se negocia. Además, enfatizó que su gobierno no permitiría el asilo de delincuentes condenados, lo que consideraba una violación de varios acuerdos internacionales.
Noboa criticó las voces políticas en Ecuador que han solicitado sanciones contra el país y destacó que estas críticas surgieron en un momento político particular debido a un próximo plebiscito sobre temas de seguridad, inversiones y empleo.
La crisis diplomática provocó la ruptura de relaciones diplomáticas entre México y Ecuador, así como el regreso inmediato del personal de la embajada mexicana en Quito, ordenado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La controversia radica en el asilo otorgado por México a Jorge Glas, quien enfrenta cargos de corrupción en Ecuador y debía regresar a la cárcel para cumplir sentencias previas.