
La situación del sistema de salud en Haití es desesperada y se encuentra al borde del colapso total. La violencia desatada por las pandillas ha llevado a ataques coordinados contra infraestructura crítica en la capital y otras áreas, lo que ha dejado a hospitales y clínicas sin los suministros médicos y el personal necesario para atender a los pacientes.
En un hospital de Médicos Sin Fronteras en el barrio de Cite Soleil, los médicos y enfermeras luchan por salvar vidas con recursos limitados. La falta de medicamentos es alarmante, con escasez incluso de tratamientos cruciales para tratar convulsiones. La situación se agrava aún más por la interrupción de suministros debido al cierre del principal aeropuerto y puerto marítimo del país, bloqueados por las pandillas.
La violencia ha obligado al cierre de varios centros médicos, incluido el hospital público más grande del país. Los pocos hospitales que permanecen abiertos, como el Hospital Universidad Paz, se enfrentan a una falta crítica de camas y combustible para operar generadores eléctricos.
La escasez de personal médico también es un problema grave, ya que muchos profesionales se ven impedidos de llegar a sus lugares de trabajo debido a la violencia en las calles y los bloqueos de carreteras. Esto deja a pacientes con enfermedades graves, como cáncer y VIH, sin opciones de tratamiento adecuado.
La situación es tan desesperada que incluso Médicos Sin Fronteras, una organización conocida por su respuesta humanitaria en crisis médicas, se ha visto afectada por la falta de suministros y medicamentos.
En medio de la violencia diaria, los pacientes que buscan atención médica corren el riesgo de ser atacados por pandilleros mientras esperan en las filas de los hospitales. A pesar de los esfuerzos del personal médico por improvisar y proporcionar atención de emergencia, la situación sigue siendo crítica y cada vez más personas se quedan sin opciones de tratamiento.
El relato de Jean Marc Baptiste, quien fue herido por la policía mientras buscaba leña para vender, ilustra la peligrosa realidad que enfrentan los haitianos que buscan atención médica en medio de la violencia generalizada.
En resumen, la crisis en el sistema de salud de Haití es grave y requiere una respuesta urgente tanto a nivel nacional como internacional para evitar un colapso total y salvar vidas.