
La Fiscalía salvadoreña celebró esta sentencia, destacando que los condenados pertenecían a la Mara Salvatrucha (MS) y operaban en áreas específicas de Santa Tecla y La Libertad. Sus crímenes incluyeron el secuestro y asesinato de las víctimas, incluso un policía.
Cuatro de los acusados recibieron las penas más severas, entre 52 y 120 años de prisión, por delitos de homicidio y asociación ilícita. Este fallo refleja el compromiso de las autoridades salvadoreñas en combatir la violencia generada por las pandillas, que ha afectado profundamente a la sociedad.
La política de mano dura impulsada por el presidente Nayib Bukele ha llevado a una intensificación de las acciones contra el crimen organizado desde marzo de 2022, respaldada por un régimen de excepción. Aunque ha contribuido a reducir la violencia en las calles, ha generado preocupaciones en torno a los derechos humanos debido a las detenciones sin orden judicial.
En medio de debates sobre la efectividad y la legalidad de estas medidas, la condena de estos pandilleros envía un mensaje claro de que la justicia está trabajando para poner fin a la impunidad y brindar seguridad a los ciudadanos de El Salvador.