El tema del aborto se ha convertido en el centro de la campaña en Arizona, un estado clave en las elecciones presidenciales. Harris llegó a Tucson justo después de que la Corte Suprema del estado restableciera una ley de 1864 que prácticamente prohíbe el aborto, lo que generó una fuerte controversia política en la región.
Harris destacó el impacto de esta decisión, que limita drásticamente el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. La ley restablecida en Arizona prohíbe casi por completo el aborto, permitiéndolo solo en casos de peligro para la vida de la madre, y estableciendo penas de cárcel para quienes lo practiquen.
Trump, por su parte, ha elogiado su influencia en la Corte Suprema pero ha instado a Arizona a cambiar la ley, evitando tomar una posición clara sobre el plazo de tiempo permitido para el procedimiento.
El fallo de la Corte Suprema ha generado una intensa actividad política en Arizona, un estado donde la disputa entre demócratas y republicanos es muy reñida. Harris aprovechó para recordar las posturas pasadas de Trump sobre el aborto, enfatizando la necesidad de recordarlas en las próximas elecciones.
La crítica de Harris refleja el profundo debate en Estados Unidos sobre el derecho al aborto y su papel en la política nacional, con visiones polarizadas que pueden influir significativamente en los resultados electorales.