En un comunicado conjunto, ambos países anunciaron la prohibición de la importación de aluminio, cobre y níquel de origen ruso a Estados Unidos. Además, el Departamento del Tesoro estadounidense ha prohibido la exportación, reexportación, venta o suministro de servicios de garantía a cualquier persona ubicada en Rusia de estos metales en un intercambio global, como parte de la liquidación física de un contrato de derivados.
Estas prohibiciones afectan a dos de las bolsas de metales más grandes del mundo, la Bolsa de Metales de Londres y la Bolsa Mercantil de Chicago, las cuales ya no aceptarán aluminio, cobre y níquel nuevos producidos por Rusia. Esto supone un golpe significativo a los ingresos del Kremlin.
El ministro de Hacienda británico, Jeremy Hunt, destacó el liderazgo de su país en esta área y la importancia de la acción conjunta con Estados Unidos para evitar que el Kremlin canalice más dinero en efectivo hacia su maquinaria de guerra en Ucrania.
La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, enfatizó que estas acciones no solo reducirán las ganancias de Rusia, sino que también protegerán a los socios y aliados de Estados Unidos y Reino Unido de efectos colaterales no deseados.
Se especificó que la medida no afectará la adquisición de reservas existentes de metales rusos en bolsa, con el fin de evitar perturbaciones en los mercados. Además, se excluyen el titanio y los metales del grupo del platino debido a sensibilidades en la cadena de suministro.