Carmona señaló que si hubiera sido el responsable, habría borrado cualquier evidencia incriminatoria de su celular, pero ofreció su dispositivo al Ministerio Público sin ocultar nada. Además, argumentó que si realmente hubiera estado involucrado en el plan del crimen, no habría llamado a los otros acusados ni habría tomado decisiones que pudieran implicarlo.
También destacó que las personas que estaban con él en la discoteca no fueron revisadas ni tuvieron que pagar, lo que sugiere que no había ningún motivo para que él ingresara armas al lugar.
En cuanto a las acusaciones de los otros imputados, Carmona afirmó que no había motivos para que él ofreciera dinero a alguien para inculparse. Además, resaltó que se entregó a las autoridades voluntariamente, a diferencia de los otros acusados.
El Ministerio Público pidió al tribunal que los imputados sean condenados a un total de 110 años de prisión, con Carmona enfrentando una pena de 30 años, mientras que los otros dos acusados, Luis Brito Troncoso (“Luisito”) y Allyson de Jesús Pérez Mejía (“Chiquito”), podrían enfrentar penas de 40 años cada uno.