La relación entre Aquiles y su padre se deterioró cuando este último rechazó la idea de llevarlo consigo a vivir a Nueva York, lo que dejó una herida profunda en el joven. A pesar de sus intentos por conseguir su objetivo, incluyendo la búsqueda de empleo y la exploración de diversas opciones para emigrar, Correa se enfrentó a obstáculos insuperables, como la negativa de su padre y la falta de recursos económicos.
Este deseo frustrado de viajar a Nueva York llevó a Correa a experimentar períodos de depresión y descontrol, aunque finalmente logró superar estas dificultades y encontrar éxito en su país natal. A través de su trabajo en la radio, la televisión y el cine, Correa se convirtió en una figura reconocida en República Dominicana y también incursionó con éxito en el mundo de los negocios y las redes sociales.
A pesar de no haber logrado su objetivo inicial de vivir en Nueva York, Correa reconoce ahora que su padre, al protegerlo de los peligros y desafíos que enfrentaría en la gran ciudad, le hizo un favor. Con el tiempo, Correa ha perdonado a su padre y ha encontrado la realización y el éxito en su vida profesional y personal en su país de origen.
Su historia es un testimonio de perseverancia, perdón y aceptación, y demuestra que a veces los sueños no realizados pueden llevar a caminos inesperados y gratificantes.