Por Alfonso Alvarez, www.laspalomastv.com
31 de marzo del 2024.
Aunque la eficacia de estas técnicas no es unánimemente aceptada por la comunidad científica, cada vez más países están adoptando estas prácticas. Por ejemplo, China ha invertido recientemente mil millones de dólares en investigación de siembra de nubes.
Sin embargo, la historia nos recuerda que el uso de la siembra de nubes con fines militares no es ajeno. En el pasado, el ejército estadounidense llevó a cabo la operación Popeye sobre Vietnam, utilizando toneladas de yoduro de plata para intensificar el monzón y afectar las tropas enemigas. Este acto de guerra condujo a la adopción del Convenio ENMOD en 1976, que prohíbe el uso de las nubes como arma de guerra.
Aunque el Convenio ENMOD ha sido firmado por muchos países, aún existen preocupaciones sobre el uso civil de la siembra de nubes, especialmente en un contexto de escasez de recursos hídricos debido al cambio climático. La posibilidad de que un país manipule las nubes para beneficiarse a expensas de otros países vecinos podría generar tensiones geopolíticas significativas.
En este sentido, algunos expertos abogan por la ratificación del Convenio ENMOD por parte de más países, así como la implementación de normativas internacionales sobre la siembra de nubes por parte de las Naciones Unidas. Además, se ha propuesto incluir las nubes en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, reconociendo su importancia ecológica y cultural.
En última instancia, la cuestión de las nubes plantea la necesidad de adoptar un enfoque más colaborativo y multidisciplinario en la política, fomentando la duda, el debate y la cooperación para comprender mejor este fenómeno natural y sus implicaciones a nivel global.