Uno de los pilares de su agenda legislativa es el redireccionamiento del 4% destinado a la educación, con el objetivo de mejorar la calidad y universalizar el acceso a la educación temprana para niños de dos a cinco años. Moreno enfatiza que esta medida tendría un impacto significativo en la formación de los jóvenes, al recibir estímulos y aprendizajes desde una edad temprana.
Además, propone mejorar la calidad docente y transformar los liceos secundarios en politécnicos, para que los estudiantes adquieran conocimientos técnicos u oficios al concluir sus estudios. Asimismo, busca introducir el inglés como segundo idioma en el currículo educativo para que los jóvenes sean bilingües al graduarse.
En el ámbito legislativo, Moreno se compromete a no aceptar el llamado 'Barrilito' ni las exoneraciones vehiculares, argumentando que estos mecanismos no están alineados con su ética legislativa. Reconoce a otros legisladores que han marcado precedente al rechazar estas prácticas.
En cuanto al sistema carcelario dominicano, Moreno lo describe como un "retrato de un fracaso" arrastrado durante décadas. Plantea la necesidad de abordar esta problemática desde sus raíces, analizando el propósito de enviar a las personas a prisión y proponiendo reformas tanto en el ámbito judicial como policial para hacer más eficiente el sistema de justicia del país.
Con estas propuestas, Guillermo Moreno busca presentar una visión integral para abordar los desafíos educativos y éticos que enfrenta la República Dominicana, enfocándose en mejorar la calidad de vida y el desarrollo del país.