Las enfermedades neurológicas se sitúan como la principal causa de mortalidad, incluso por delante de las enfermedades cardiovasculares. Entre las afecciones más comunes se encuentran el ictus, la encefalopatía neonatal, la migraña, la enfermedad de Alzheimer y la neuropatía diabética.
El número de personas afectadas por trastornos neurológicos ha aumentado significativamente en las últimas décadas, con un incremento del 18% en las discapacidades y muertes asociadas a estas enfermedades entre 1990 y 2021. Este aumento se atribuye a factores de riesgo ambientales, metabólicos y relacionados con el estilo de vida, así como al crecimiento demográfico y a una mayor esperanza de vida.
Más del 80% de las muertes y pérdidas de salud neurológicas ocurren en países de bajos y medianos ingresos. En estas regiones desfavorecidas, las tasas de discapacidad y muertes son hasta cinco veces mayores que en regiones de ingresos altos.
Para abordar esta crisis sanitaria global, los expertos enfatizan la importancia de conocer y eliminar los factores de riesgo asociados a estas enfermedades. Por ejemplo, se estima que el 84% de las discapacidades por ictus podrían evitarse eliminando 18 factores de riesgo a lo largo de la vida de una persona, especialmente la hipertensión arterial. Además, el control de la exposición al plomo y la reducción de los niveles de glucosa en ayunas pueden tener un impacto significativo en la prevención de discapacidades intelectuales y demencias, respectivamente.