En la actualidad no existe ningún método alimenticio que por sí solo asegure que no habrá reganancia de peso.
El consumo de bebidas alcohólicas aporta calorías vacías, sin beneficios nutricionales, lo que puede ser perjudicial para la salud, según la especialista. Además, en pacientes con cirugía bariátrica, la situación se agrava debido a la sensibilidad gastrointestinal aumentada y a la reducción de la capacidad de metabolizar el alcohol.
La presencia de trastornos gastrointestinales como irritación gástrica, acidez y vómitos es común en estos pacientes debido al tamaño reducido del estómago y a la menor presencia de la enzima alcohol-deshidrogenasa, responsable de metabolizar el alcohol.
Ramírez también destaca el riesgo de desplazar una adicción por otra, especialmente si la obesidad estaba asociada a conductas adictivas relacionadas con la alimentación.
Para evitar estos riesgos, la especialista sugiere adoptar un estilo de vida saludable que incluya ejercicio regular, una dieta equilibrada, y alejarse de situaciones que impliquen el consumo de alcohol. Es esencial rodearse de personas con objetivos similares y evitar lugares donde se promueva el consumo de alcohol.
En cuanto a la alimentación postquirúrgica, se recomienda priorizar el consumo de proteínas y vegetales, evitar los carbohidratos simples y optar por los complejos, siempre acompañados de proteínas.
A pesar de seguir estas recomendaciones, no existe un método alimenticio que garantice la prevención de la reganancia de peso, por lo que es fundamental continuar con un seguimiento periódico con el equipo médico multidisciplinario que preparó al paciente para la cirugía bariátrica.