"Esta declaración se produce en un momento de tensión y violencia en Haití, donde las pandillas han desafiado la autoridad del gobierno, complicando aún más la situación política y social en la región", se lee en parte de un comunicado gubernamental.
Abinader, en una entrevista con el Financial Times, explicó que debido al contexto actual, no considera adecuada la presencia del primer ministro haitiano en la República Dominicana, argumentando que esta decisión se tomó con el interés de salvaguardar la seguridad nacional.
Asimismo, subrayó que la crisis en Haití no solo representa un desafío humanitario, sino que también plantea una amenaza directa a la estabilidad y seguridad de la República Dominicana. Abinader reiteró que la República Dominicana ha cerrado su frontera terrestre de 390 km con Haití debido al reciente aumento de la violencia, implementando restricciones estrictas en el flujo de bienes.
En la entrevista, el presidente dominicano lamentó la ausencia de gobierno y autoridad en Haití, describiendo la situación de seguridad como "totalmente insostenible", principalmente en la zona sur de Haití y en Puerto Príncipe.
Por esta razón, el presidente dominicano hizo un nuevo llamado a la comunidad internacional para unirse en el esfuerzo de pacificar Haití y desarrollar un plan viable hacia elecciones democráticas, afirmando que sin un gobierno legítimo y una disminución significativa de la violencia, el proceso electoral sería inviable.