Una seguidora del presidente Nayib Bukele celebra los resultados de las elecciones generales en la plaza Gerardo Barrios en el centro de San Salvador, el domingo pasado.
Bukele, en su discurso, afirmó que El Salvador no había experimentado la democracia hasta su llegada al poder y mencionó que su partido, Nuevas Ideas, en un sistema democrático, representa la primera vez que un país tiene un partido único. Destacó que la oposición quedó pulverizada.
A pesar de las críticas y preocupaciones sobre su estilo de gobierno, Bukele obtuvo una abrumadora ventaja en las elecciones, con el 83% de los votos frente al 7% de su rival más cercano, según datos preliminares. Su partido también tiene una mayoría en el Congreso, lo que le permitirá avanzar en su agenda y fortalecer su control en el poder.
Sin embargo, críticos y observadores temen que la victoria de Bukele consolide un modelo autoritario en El Salvador. Se destaca la reducción significativa de la violencia relacionada con pandillas durante su presidencia, pero también se señalan preocupaciones sobre violaciones a los derechos humanos, la concentración de poder y la posible reforma constitucional para prolongar su permanencia en el cargo.
La prensa independiente en El Salvador ha enfrentado hostigamiento y ataques legales, y el discurso de Bukele generó inquietudes sobre la posibilidad de un aumento en la represión contra la prensa. Bukele también criticó a críticos extranjeros y periodistas, cuestionando por qué desean ver sufrir a los salvadoreños.
El control del Congreso es crucial para las futuras acciones de Bukele, incluida la posible reforma constitucional. La victoria electoral le brinda una posición sólida para avanzar en su agenda, pero también aumenta las preocupaciones sobre la salud democrática en El Salvador.