El 6 de febrero ha sido designado por la ONU como el Día Internacional de tolerancia cero contra la mutilación genital femenina. Guterres calificó esta práctica como una "atroz violación de los derechos humanos básicos" y destacó que causa daños de por vida a la salud mental y física de mujeres y niñas.
Guterres atribuye esta práctica a las estructuras y actitudes patriarcales, instando a amplificar las voces de las mujeres que han sufrido esta mutilación y han adquirido conciencia de su impacto en su autonomía corporal. Además, propone restringir el acceso a la educación y al empleo de aquellos que contribuyen a perpetuar esta práctica.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) ha expresado su preocupación por el lento progreso en la lucha contra la mutilación genital femenina, destacando que debería ser al menos diez veces más rápido para lograr su eliminación total en 2030. Según el Unfpa, actualmente hay alrededor de 200 millones de mujeres vivas que han experimentado esta práctica en todo el mundo.