En el comunicado, los obispos católicos haitianos hicieron un llamado enérgico al primer ministro para que tome conciencia de la gravedad de la situación actual y tome decisiones sabias en beneficio de la nación. Expresaron su preocupación por la violencia que ha afectado al país en los últimos tres años, con asesinatos, secuestros y violaciones.
Los religiosos pidieron el cese de la violencia y expresaron su solidaridad con las víctimas de los recientes acontecimientos. Asimismo, instaron a los haitianos a no caer en la trampa de la violencia y las luchas fratricidas, llamando a la unidad y el compromiso para construir un nuevo Haití sin recurrir a la violencia.
La CEH lamentó la miseria y el sufrimiento que enfrenta la población en los diferentes departamentos del país. Finalmente, instaron a movilizar energías y trabajar juntos hacia un nuevo Haití sin recurrir a la violencia.