El presidente electo de Taiwán, Lai Ching-te (centro izquierda) y su compañero de fórmula Hsiao Bi-khim (centro derecha) asisten a una manifestación frente a la sede del PPD
William Lai asume la presidencia de Taiwán en medio de tensiones con China, dispuesto a equilibrar el estatus actual de la isla frente a las aspiraciones soberanistas chinas. Con una carrera política marcada por la presión de China sobre Taiwán, Lai ha pasado de la medicina a la política en 1996, tras el lanzamiento de misiles chinos durante las primeras elecciones presidenciales directas.
Nacido en 1959, Lai ha desempeñado roles prominentes, desde alcalde de Tainan hasta primer ministro y vicepresidente. Vinculado a la facción Nueva Ola del Partido Progresista Democrático, Lai ha sido asociado con la defensa de la independencia total de Taiwán. En 2018, matizó sus declaraciones sobre la independencia, destacando que la decisión compete a los 23 millones de habitantes de Taiwán.
Lai, pesimista sobre las relaciones con China, ha enfrentado maniobras de hostigamiento, incluyendo acercamientos militares chinos al estrecho de Taiwán. Anticipando tensiones, ha expresado la necesidad de fortalecer la defensa, seguridad económica y relaciones con democracias globales. Aunque ha mantenido declaraciones mesuradas, China lo ha catalogado como "instigador bélico".
La compañera de fórmula de Lai, Hsiao Bi Khim, exrepresentante de Taiwán en EE. UU., será un enlace clave con aliados internacionales. China enfrenta la tercera victoria consecutiva del Partido Progresista Democrático, indicando el deseo taiwanés de preservar el estatus actual. La derrota del candidato pro-Pekín, Hou Yu Ih, sugiere la resistencia de Taiwán a restaurar relaciones con China. Las elecciones legislativas también revelaron la pérdida de la mayoría parlamentaria por parte del PPD, obstaculizando su programa de gobierno interno.