Militares detienen momentáneamente a un joven para revisar si lleva tatuajes relacionados a las pandillas mientras patrullan el sur de Quito, el viernes pasado.
Una de las nuevas medidas en Ecuador es la detención de personas con tatuajes, considerados como un indicio de pertenencia a bandas criminales. Este criterio se ha normalizado en los controles policiales salvadoreños. Además, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha anunciado la construcción de cárceles de alta seguridad similares a las de El Salvador y México.
La población ecuatoriana, cansada de la violencia que ha alcanzado cifras récord en los últimos años, ha aplaudido la respuesta del gobierno. La decisión de Noboa de declarar a Ecuador en "conflicto armado interno" y catalogar a las bandas criminales como "objetivos militares" ha llevado a la detención de cerca de 900 personas en pocos días.
El gobierno ecuatoriano ha suspendido derechos fundamentales mediante el estado de excepción, implementando toque de queda y mostrando intervenciones en cárceles similares a las realizadas en El Salvador. A pesar de las críticas y preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos, la narrativa oficial destaca el heroísmo de la fuerza pública y busca respaldo ciudadano.