Por Alfonso Alvarez, www.laspalomastv.com
Santo Domingo, RD - 22 de noviembre de 2023
El sector Manoguayabo, en Santo Domingo Oeste, enfrenta un panorama desolador después de las fuertes lluvias del pasado sábado, que provocaron la muerte de al menos tres personas y dejaron a la comunidad sumida en escombros y desesperación.
La Devastación en Manoguayabo:
Calles inundadas, vehículos dañados, escombros por todas partes y escuelas afectadas son algunas de las consecuencias de las inundaciones en Manoguayabo, donde los residentes claman por ayuda.
Tres personas perdieron la vida en la calle Blasina Campusano después de que una pared colapsara y la zona quedara completamente inundada.
Carlos Genere, propietario de un taller en la zona, describió la experiencia como devastadora, perdiendo todo en cuestión de minutos y lamentando la muerte de tres vecinos.
El Lamento de los Afectados:
Residentes como Ramona Montesino y su esposo sufrieron pérdidas millonarias al perder su taller de reparación y venta de vehículos. La situación ha dejado a muchas familias sin pertenencias esenciales.
Aunque algunas instituciones, como el Plan Social de la Presidencia, han brindado ayuda, los residentes expresan que las necesidades van más allá de fundas y comida cocida. Piden soluciones más permanentes.
César Nicolás, uno de los fundadores de la zona, destaca la necesidad de maquinaria para retirar escombros y evitar problemas similares en caso de nuevas lluvias.
Reclamos y Denuncias:
Los residentes acusan que la construcción del residencial Wester Tower obstruyó la cañada, desencadenando las inundaciones. Aseguran que las reclamaciones al ayuntamiento y denuncias previas no fueron atendidas.
Margarita Galván, quien perdió a su esposo y suegra en la tragedia, denuncia que sus intentos de alertar sobre problemas en el proyecto nunca fueron escuchados.
Otros sectores, como Arroyo Bonito, también enfrentan condiciones similares y han estado reclamando reparaciones en calles y alcantarillados durante más de diez años.
Desesperación y Esperanza:
Residentes cuentan historias de desesperación, como sacar a sus hijos por ventanas para evitar el agua, perder vehículos arrastrados por la corriente y ver cómo sus hogares quedan sumidos bajo el agua.
A pesar de la tristeza y la nostalgia, la comunidad mantiene la esperanza de recibir la ayuda necesaria para reconstruir y evitar futuros desastres.
Conclusión:
Manoguayabo enfrenta un desafío monumental después de las inundaciones. Las pérdidas humanas y materiales han dejado cicatrices profundas en la comunidad. La necesidad de ayuda urgente y soluciones a largo plazo es evidente, y los residentes esperan que sus llamados sean escuchados para evitar tragedias similares en el futuro.
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